viernes, 7 de enero de 2011

Letter 2: Goodbye Father





Una mañana como todos los días, desperté temprano ya era mi costumbre solo que ese día había un evento diferente; era mi cumpleaños No 18.
- Genial, otra vez – dije desinteresadamente.

Estaba de vacaciones y me encontraba solo en casa, al parecer el mundo seguía normal, para ser sincero sentí un alivio.
Me dedique a mis cosas; me bañe, cambie, desayune y practique unas horas con Dranzer, desde que lo tenía me preparaba constantemente para las bey-batallas que pudieran venir.

Viendo la hora, supuse que llegaría la visita de Feliz Cumpleaños liderada por Tyson, no sé cómo se las arregla para recordarlo, pues no era que yo fuera muy efusivo con esa fecha.
Total siempre lo sabía y ni modo de negárselo, y como, si siempre caía en su juego de palabras respecto al tema.

De repente escuche el llamado de la puerta, al parecer no eran ellos, estaba un poco temprano para que llegarán, abrí la puerta y para mí sorpresa no había nadie, entonces salí a ver quién podría ser pero no encontré nada cerca. Bueno, entonces regresé viendo que se encontraba en el piso un sobre de carta, el cual pasé desapercibido, y lo curioso era que estaba dirigido a mí:
- Que extraño, quien me escribiría –
De inmediato abrí el sobre, quedé sorprendido, era una carta de mi padre:

HIJO:

Hoy estas cumpliendo 18 años, este día siempre lo he tenido presente desde que llegaste al mundo y más desde que me marché de tu lado, me dolió hacerlo, pero aún así seguí mi camino dejándote solo ante tu mirada llena de tristeza y confusión apenas tenías 4 años en ese momento,

Nunca regresé pero aún así, tuve mis medios para saber de ti sin que te dieras cuenta de ello, no sabes cómo me sentí cuando me enteré que mi padre te llevó a esa abadía, mil veces me culpé por eso, tú no tenías por que llegar allá, sabía las intenciones de mi padre, su ambición, su sed de poder, cosas a las que me opuse rotundamente, pero no pensé que cayera al punto de usar a su propia sangre para ello y menos a ti, me alegró saber que escapaste.

Como también se de tu carácter frío, calculador con ganas de llegar a ser el mejor, no te culpo y tampoco te reprocho, no me siento con ese derecho a hacerlo.

Todos estos años has vivido y crecido solo sin la compañía de tus padres, aún así has sabido levantarte y mirar hacia adelante, por suerte has contado con la compañía y el apoyo de tu equipo, tus amigos de verdad que han sabido sobrellevar tus altibajos y tus desmanes hasta el punto de perdonarte por ellos.

No tuviste una figura paterna pero a través de ellos puedes tener una idea de lo que es eso, por sus padres y por su estilo de vida.

Con estas palabras no busco que me perdones y tampoco espero que lo hagas, te abandone, no medí las consecuencias de mis actos, solo pensé en realizar todas aquellas ilusiones que desde muy joven tenía, olvidándome por completo de mi responsabilidad de padre, en parte es culpa mía tu actitud de hoy, con mi partida acabe con esa inmensa alegría que te caracterizaba, en pocas palabras, destruí tus ilusiones y tu cariño, hoy veo que no eres ni la sombra de ese dulce niño.

Todo empezó aquel día que tu abuelo me hizo esta sentencia: “la empresa o el beyblade”
- elijo el beyblade – fue mi respuesta sin pensarlo dos veces.
Se que quizás puedas querer leer esto como no lo quieras hacer, o lo hagas pedazos, lo comprenderé, entiendo que no quieras saber de mí.

Igual solo quería que aunque no estuve contigo, a tu lado, sabía cómo estabas y donde. Me odiarás más después de esto pero tenía que hacerlo aunque fuera por este medio, lo siento.

A través de esta carta me despido de ti, aunque te quiero con toda mi alma, eres mi único hijo y llegaría a dar la vida por ti si fuese necesario, te prometí que regresaría pronto pero falle, a tal punto de no ser capaz ni siquiera de darte la cara y decírtelo.

Lo único que te pido es que hagas tu vida, cumplas tus sueños y ante todo se lo que quieras y no temas al hacerlo. Eres y serás para siempre el motivo de mis momentos de felicidad, a pesar que haya perdido tu amor y cariño incluso a ti para siempre.

Cuídate y cuida a las personas que te quieren y te aprecian y si puedes olvídate de mí, pues nunca supe ser tu padre de verdad.

Adiós hijo mío
Te quiere para siempre tu padre.

Susumo Hiwatari


- Entonces ya no volverás – dije al terminar de leer la carta – como puedes hacer esto después de tanto tiempo.

Un sentimiento de rabia pero a la vez de tristeza me embargó, en definitiva mi padre me abandonaba, terminado así toda esperanza que tenía de volverle a ver.
Ante cualquier otra situación me hubiera mostrado indiferente y lo hubiera tomado como algo sin importancia, pero esto…

… si era importante al menos para mí.

En ese momento me invadió un llanto que no pude contener, en ese estado subí a mi habitación, permaneciendo allí u rato solo con mis pensamientos de los cuales fui sacado con el nuevo llamado de la puerta.

Lo pensé dos veces antes de salir y ver de quien se trataba.
Abrí la puerta y encontré a mis amigos siendo su saludo: ¡Feliz Cumpleaños Kai!
- se acordaron – fue mi respuesta.

Sacándome momentáneamente de mi tristeza, pero por mí aspecto se notaba que algo no estaba bien conmigo, cosa que ellos percibieron enseguida:
- ¿Te ocurre algo? – me preguntó Hilary extrañada.
- Por tu cara parece que hubieras estado llorando – añadió Tyson.
- No me pasa nada estoy perfectamente – respondí secamente
- Y ese papel que tienes en la mano ¿qué es? – me pregunto Daichi.
Quedé sorprendido, no había notado que aún tenía la carta y menos el semblante que tenía en ese momento.
- No es nada… - respondí con la voz entrecortada.
Salí enseguida de la sala y me devolví a la habitación dejándolos a ellos…
- ¡Oye espera! ¡Adonde vas! – gritaba Daichi-
No los escuche, solo seguí, entre a mi cuarto y me recosté en la puerta:
- ¿Qué te pasa? Abre la puerta – decía Tyson - ¿por qué siempre tienes que ser tan aguafiestas?
- ¿Por qué tenías que decirle eso Tyson? – replico Ray.
- Tú sabes que a él no le gusta hablar de eso con nadie – añadió Max.
- Ahora yo tengo la culpa – reclamó Tyson.
Escuché todo lo que decían y cuando decidieron bajar y esperarme en la sala:
- ya se le pasará – dijo Hilary.
La verdad no sabía si se me iba a pasar, pero de alguna manera tendría que dar la cara.
Calculando un poco medí como20 a 30 minutos para que Tyson regresara y con voz firme me exigiera una explicación:
- Abre esa puerta ahora mismo Kai – Replico con voz alta.
- Por favor Tyson ya basta – Dijo Max llegando por Tyson.
- No, no me iré hasta saber que le pasa – refunfuñaba – como es posible que siempre nos haga esto.
- Lo conoces, no lo molestes – Inquirió Max.
Conociendo a Tyson era de esperarse su reacción, era demasiado inquieto. No vacile más y abrí la puerta para sorpresa de los dos, a pesar de mi estado anímico no tuve opción.
- Por fin das la cara – Replico Tyson – ya era hora no.
- Lo siento – dije acercándome un poco, increíblemente no pude contenerme más ante ellos.
- Dinos que tienes, por favor – Me dijo Max algo preocupado.
- Nada - alcance a decir y comencé a llorar de nuevo –
- Debe ser algo grave para que estés así – Me decía buscando una manera de consolarme.
Dejé caer el sobre, Max lo tomó aunque al verme así no se molesto en devolvérmelo, igual tampoco lo pedí.
- ¿Quieres que llame a los demás? – Preguntó Max.
- No – Respondió Tyson – quedémonos con él un rato.
Ya en la habitación permanecimos los tres; Tyson hablándome y Max mirando la carta, obviamente la leyó y se entero de lo que pasaba:
- Es por eso que estas así – Me dijo Max.
Solo asentí con la mirada.
-¿Qué dices? - Preguntó confuso Tyson.
- Su padre ya no volverá con él – Respondió Max.
- ¡Qué! – Dijo exaltado Tyson – pero si no vivía contigo.
- Esa carta quiere decir que en definitiva nunca sabré más de él – Respondí – y eso no era lo que yo quería.
- Entiendo – Se disculpo Tyson – no lo pensé así.
Hubo un silencio, que fue interrumpido por Max:
- No te pongas así, a pesar que nunca lo volverás a ver – Me decía – ten por seguro que te quiere y será para siempre, aunque no pueda estar contigo.
Esas palabras me hicieron reaccionar y darme cuenta del detalle final de la carta, al cual no le había prestado atención.
- Si quieres léelo otra vez – Dijo dirigiéndose a mí – toma.
En eso llegaron los demás y entraron enseguida, la puerta estaba abierta:
- ¿Ocurre algo? – Pregunto Kenny - ¿por qué no han bajado?
- No pasa nada – Respondió Tyson – acabamos de convencerlo para que baje, cierto Kai.
- Si – Respondí enseguida.
- Entonces por qué no salimos un rato – Propuso Hilary – es temprano todavía.
- Cierto son las 4:00 p.m. – Añadió Daichi.
- ¿Qué piensas sí o no? –Me pregunto Ray.
- Esto… bien - Respondí calmadamente – no es mala idea.
Salimos enseguida, y en serio no era mala idea, me sirvió mucho para despejar la mente y tranquilizarme un poco, ¿qué podría hacer un grupo de 7 chicos en una ciudad? Bueno supongo que la respuesta sería; de todo un poco y vaya que así pasó.

Fue un rato bastante alegre, me animo un poco, pero me sentía un poco triste todavía, aunque no pareciera siempre guarde la esperanza de ver de nuevo a mi padre, porque en el fondo lo quiero y a pesar de su inesperada partida, confíe en su pronto regreso, algo que nunca sucedería, las razones; no las sé.

Durante el recorrido me preguntaron que me había ocurrido; entre frases cortas y el acompañamiento de Max y Tyson respondí de la mejor manera posible.

Otra cosa en la cual mi padre no se equivoca; mi equipo, mejor dicho mis amigos siempre están conmigo, una vez más lo compruebo, por eso los aprecio mucho, aunque creo que no se lo reconocería a ninguno.

Pasará mucho tiempo para que yo encuentre el motivo por el cual elegiste no regresar, no sé por qué pensaste que era lo mejor para los dos, aún así el tiempo me dará la respuesta por ahora te digo adiós también, pero trataré en lo posible de sabe de ti y tratar de buscarte, aunque pueda ser en vano, pues siempre recordaré lo último que me dejaste escrito en esa carta, soy tu hijo pero tendré que continuar así como estaba, esa fue tu decisión, sin embargo no la comparto. Espero que me entiendas a mí también.

Con esto solo quiero desahogar así sea en un papel, todo lo que fue ese día y lo que pensé y sentí de tu carta, por último…

ADIÓS


KAI HIWATARI


Como respuesta a tu carta, aunque puede que nunca sepas que existe.