domingo, 26 de diciembre de 2010

Letters Beyblade´s Stories



LETTER # 1



UNA HISTORIA PARA USTEDES
¡VIVE AHORA!

No es mi estilo hacer este tipo de cosas… pero, aunque tratándose de ustedes haré mi mejor esfuerzo para que esto que les escribo sea lo más comprensible posible y entiendan el porqué de mis actos y mis decisiones en los últimos años, esto fue algo que me cambio para siempre y por eso lo compartiré con ustedes, así empieza....

Estaba lloviendo ese día y caminaba como si nada por la calle, totalmente empapado, sobra decir que estaba solo y por lo común, siempre había sido así, o por lo menos eso creía.

Pero ¿A quién le importaría que este aquí o en el polo sur? Supongo que a nadie, en parte, gracias a mi manera de ser y de actuar.

Mi cabeza es un mar de ideas confusas y sentimientos encontrados, hay cosas que no comprendo, quizás sea porque no recuerdo del todo mi pasado, tengo simplemente vagas ideas y lagunas las cuales me confunden y a veces me atormentan.


Me había detenido un momento, era un tremendo aguacero y yo andaba como si nada en un parque, no había nadie afuera solo mis pensamientos y yo, el frío no me sentaba para nada.

¿Por qué? – Me pregunté - ¿por qué esta vida?, ¿por qué no tengo una familia como todos?, y ¿por qué a pesar que este acompañado siempre me siento solo?


Suena increíble, cierto, que yo una persona fría y calculadora estuviera pidiendo explicaciones a lo que me pasa, ¿qué tiene de raro? Soy humano y aunque no muestre mis sentimientos ante los demás por simple orgullo y por miedo a flaquear, los tengo.

- Quizás sea porque no te has tomado la vida como es – me dijo una voz.
- ¿Qué? ¿Quién eres? Y ¿por qué me dices eso? – Pregunte sobresaltado.
- Mírame – Respondió

Al dar un vistazo lo vi, era un hombre mayor, no mucho si, por lo que recuerdo, a esto le sumaba que al igual que yo estaba bajo la lluvia sin ni siquiera un paraguas, pero actuaba como si nada, es decir, como si no hubiera el aguacero, me extrañe un poco.


- ¿Te extraña no ser el único mojándose ahora? – Preguntó.

No respondí, más bien lo mire con un evidente gesto de sorpresa, que él noto enseguida...


- No te asustes, simplemente he venido a hablar contigo – Dijo.
- ¿Hablar? ¿Y cómo de qué? – Dije secamente.
- De todo lo que ha sido tu vida hasta ahora –
- A mi no me interesa hablar de ello con nadie – Respondí
- Lo ves ese es tu problema, te encierras una barrera que tu mismo creaste –
- ¡No es cierto! – Dije algo molesto.

A pesar de mi dureza con aquel hombre, él me veía con cierto cariño en sus ojos, o eso note en el momento. Quede consternado para sorpresa mía con ese gesto, nadie me había mirado así por años, ni siquiera mi abuelo lo había hecho.

- Ven sígueme y entenderás muchas cosas – Dijo.
Casi por inercia lo seguí, no sabía qué hacer, y aparte tenía la sensación que me conocía desde siempre, pero ¿de dónde?
Íbamos caminando por la calle, aún llovía bastante fuerte, pero de todos modos lo seguí, no me importo el estado del clima y para salir de dudas opté por romper el silencio:
-¿De dónde me conoces? – Pregunte con impaciencia.
- Desde que naciste –Respondió amablemente.
- ¿Qué? Pero si nunca lo vi, hasta hoy, ¿Quién es? Y ¿Qué es lo que quiere? – Replique ya molesto.
- No me mires así como si te fuera a lastimar, no lo haré, quiero ayudarte, hacerte entender y ver todas las cosas buenas que tu mismo te has negado – Dijo acercándose a mí.
- ¿bueno? Acaso es una broma, usted no sabe quién soy, no sabe todo lo que he tenido que pasar hasta ahora, para decir que yo me he negado cosas buenas – Respondí enérgicamente.
- No lo tomes a mal, abre los ojos y el corazón y te darás cuenta de lo que digo – Dijo con un tono de dulzura que me confundía más.
- ¡No! ¡No lo haré! – Repuse bruscamente - ¿Para qué? Para lastimarme más de lo que me han hecho en lo que llevó de vida.

Como alguien que no pierde el empeño, me tomó las manos...


- Cierra los ojos un momento – Me dijo – y encontrarás la explicación a lo que te digo.

Obedecí ante tanta insistencia, pero más que todo porque algo dentro de mí me lo pedía a gritos.
Cerré los ojos y medite sobre todo absolutamente todo lo que pudiera recordar y ver ese momento.


De repente se descorrió un velo mostrándome varias etapas de mi vida; cuando era un niño de tres años, aún estaba con mis padres, luego cuando me abandonaron, la abadía, mi regreso a Japón, donde crecí solo, eran la gran mayoría momentos que no quería recordar, igual estaban marcados de tristeza, pero luego la imagen de cuando conocí a Takao en ese arroyo, desde ahí todo empezó a cambiar para mí, el torneo local donde por cosas del destino terminaos siendo equipo tanto él como yo y los demás; Max, Rei, Kyo, luego Hiromi, Daichi y Hitoshi, en fin todo, pero el recuerdo que más presente llevó fue el de aquel día en el lago congelado de Moscú, aunque perdí ante mis compañeros logré entender en parte lo que es un amigo…

Abrí los ojos nuevamente muy sorprendido, entonces el habló:


- Ves lo que te decía al principio, no has sabido vivir para tu edad –
- Pero yo… como sabías eso – Le dije confundido - ¿por qué querías que viera eso?
- Para que de hoy en adelante vivas como debe ser, por tu bien y para que seas feliz – Respondió.
- ¿Y cómo lo haré? ¿Cómo haré para vivir como me dices? – Pregunte.
- Aunque nadie te enseñará a vivir, debes vivir tu vida, esa es su esencia, el descubrimiento de algo nuevo cada día, abrirte al mundo, pensar libremente y dejar libres los sentimientos – Respondió
- Y cómo quieres que haga eso, si ni siquiera yo se lo quiero en este momento – Contesté.
- Bueno es normal, apenas eres un niño, no – Respondió.
- No soy un niño – Replique.
- También tenemos que mejorar esa parte, veo que aún insistes en creer que puedes hacerlo todo solo – dijo dulcemente.

Sería orgulloso de mi parte decir que cada vez que hablaba, no me sorprendía, todo lo contrario, sus palabras al principio me asustaban, era imposible que alguien pudiera conocer tanto de mí y decirlo sin omitir detalles, a cualquiera le sorprendería.


- Atiende mi consejo y verás que tu vida será distinta, toma para que siempre lo recuerdes – dijo.
Extendió su mano y me dio un sobre que sorprendentemente no estaba mojado, vaya que él no era alguien común.
- ¿Qué es esto? – pregunte.
- Algo que quiero veas cuando estés decidido –
- ¿Le puedo preguntar algo? –
- Por supuesto que sí, para eso estoy aquí, para ayudarte – dijo sonriendo.
- ¿Quién es usted y por qué me acompaño todo este tiempo?
- Bueno yo soy algo así como tu consejero, tu guardián y digamos que es mi deber estar presente cuando lo necesites, como ahora – respondió con un gesto de alegría.
El fuerte aguacero, se había disminuido a una lluvia normal y lo habíamos pasado caminando, supongo que más de uno nos miraría extraño.

- Desde ahora atrévete a ser tú, a vivir según tus sentimientos, a ser libre, a ser tu mismo sin importar que a causa de ello puedas pasar por loco, serio, o simplemente alguien común, pero hazlo; vive. – dijo.

Me quedé callado, supongo que sus palabras esta vez me llegaron y no pude contradecirle o responderle, era cierto tenía que vivir y darme cuenta de lo mucho que pasaba por alto a causa de mi soberbia; m sentí tan mal por no haberme dado cuenta antes de ello y perderme de todo eso….

- No te sientas mal por nada, igual estas creciendo y no será fácil acostumbrarte a los cambios venideros, pero una última cosa; confía en tus amigos, ellos serán ese soporte afectivo que te mantendrá firme cuando estés bien y te levantarán el ánimo cuando lo necesites –
Volteo a verme con una mayor ternura, me sonrió:
- Bueno es hora de irme, te están buscando, no tardarán en llegar aquí –
- Pero aún no me has dicho exactamente quién eres, me gustaría saberlo, por favor – dije casi en suplica.
- Ya lo sabrás – respondió – nunca olvides este día y cuídate mucho, hasta luego.
- Oye, regresa – dije pero desapareció de mi vista.

Seguía lloviendo, ese día aparte que fue diferente no solo por aquella charla sino porque en la ciudad no llovía así por años, total fue un día perfecto para empezar de ceros y partir con las bases que ya tenía....caí arrodillado en el piso, me empecé a sentir con algo de fiebre, hasta me pesaba mantener la vista.


-¡Kai! – gritaban voces conocidas.


Permanecí arrodillado, igual no podía levantarme, tenía fiebre, al verme así apuraron el paso, eran Rei y Max.


- Por Dios, estuviste mojándote todo este rato – Me dijo Max – 


Rei que se había agachado se dio cuenta que no estaba bien...


- ¡Cielos! Tiene fiebre, vamos hay que llevarlo a casa –


Entre los dos me levantaron, me llevaron a casa de Max que estaba más ceca de ahí.
Todo fue desde que entramos a la casa un agite a causa de mi estado, estaba consciente de todo lo que pasó, no podía hacer nada ya el malestar era mucho, entre Max y Rei me ayudaron a cambiarme de ropa y me recostaron.
Duré más o menos cinco días enfermo y durante ese lapso mis amigos me acompañaron todos los días, me extraño algo que no me sermonearán, bueno sería por mi estado de salud, de todas formas ya sabían porque había salido así ese día; hoy lo recuerdo con cierta alegría, yo salí con ese aguacero porque había discutido con Takao nada raro, desde que no conocimos empezamos así, pero como no eran las mismas circunstancias, decidieron ir a buscarme al notar que no estaba donde habitualmente solía estar...


- Lo siento – se disculpó Takao cuando fue a verme.
- De que - respondí pausadamente seguía enfermo – no hiciste nada.
- Como que no – replico – mira como estas, si no hubiera peleado contigo no estarías así.
- Descuida, antes me hiciste un favor – contesté – olvida eso, quieres.
- Pero… - dijo algo confundido con lo que dije – como quieras, entonces ¿de qué quieres hablar?
- Pon el tema – respondí 


Analizando esto último y recordando a ese hombre, esa era su oportunidad de acercarse a mí y hablarme como lo hizo, hasta hoy no sabía exactamente quién era, pero lo único que deduzco es que él era y es posiblemente ese ángel guardián por así decirlo que tiene todo el mundo, ahora lo creo, pero antes no creía ni un poco en eso, como da vueltas la vida.

Seguí su consejo y cuando estuve preparado para afrontarlo, vi el contenido de aquel sobre que me dio, y vaya sorpresa, eran algunas fotos que pensaba perdidas mías claro, de mis padres, y unas de cuando era niño recordándome la alegría que irradiaba en esa época y recuperándola ahora para siempre.


He vivido mucho mejor desde entonces, incluso supe encontrar lo que quería y he luchado por ello.
Todo lo que ese ángel me dijo se ha cumplido, di un giro inesperado para todos, fui cambiando gradualmente y actualmente soy una persona diferente a la de antes pero para bien. En pocas palabras soy libre y capaz de realizar los sueños y metas que me propongo.

Por eso hoy, que tengo 22 años les doy las gracias a todos mis amigos y compañeros de equipo y estudio en simultánea por estar siempre ahí cuando los necesitaba, en los buenos y malos momentos, sinceramente gracias por ese detalle de parte de todos.


Y sobre todo a ese ángel le agradezco eternamente haberme orientado y abierto los ojos ese día cuando apenas tenía 17 años, tenía razón apenas era un niño, pero ya he madurado y todo gracias a ti, no perdiste el tiempo en ese aguacero, tenlo por seguro cumpliste tu misión.


De esta manera les explico todo y de paso les recuerdo que han sido siempre buenos amigos.
Dedicado a todos ellos: Takao, Max, Rei, Kyo, Hiromi, Daichi.


Poniendo en un último plano esas peleas sin importancia y teniendo presente lo mejor de habernos conocido.



                                                            Kai Hiwatari



Cancion de Fondo: